Suelo pisperar blogs, revistas digitales y portales tipo Eterna Cadencia
para ver en qué anda la literatura argentina actual. Sé que muchos
aprendieron a leer con.. no sé.. Derrida, modelos de lectura chotos, de
otra época que ya re fueron.. pero la verdad que encuentro a la critica
literaria, en general, bastante pelotuda: lo politico en el texto, la
cartografia que diseña el autor (?), la representación de la época (si
bien está bueno, noto ademas que el jóven escritor se desespera por ser
"el sintetizador de una generación" (si no preguntenle a los
electrónicos o a los peronistas de Galerna), el testimonio social del
que da cuenta, el ritual que repite el escritor cada vez que se sienta a
tipear (esto es insoportable, muchachos: da lo mismo tomarse un te o
meterse un palo en el culo como inspiración para escribir: a quién le
importa!!!), sus influencias, el primer libro que leyó, el primero que
robó en una libreria de saldos, el impacto en las escrituras a partir
del surgimiento de las editoriales independientes y la autogestión, el
setentismo, la discusión con el "mercado", las escrituras del yo, las
huellas del consumo cultural en el discurso, la relación con la
tecnologia y las redes sociales, criticas que terminan siendo un estudio
cultural sobre feminismo o machismo y se olvidan del texto!!!, tambien
no faltan las aluciones a la relación entre lo bajo y lo alto, el género
al que adscribe, etcetera, etcetera...
A la hora de abordar un texto
literario, ya sea en entrevistas, en reseñas, en articulos e incluso en
libros enteros, a menudo la critica hace hincapie en esos aspectos,
acaso atendibles, pero no centrales ni lo suficientenente útiles para
pensar y resolver problemas prácticos y concretos de un escritor
contemporaneo, en relación a la lengua castellana argentina (o al menos
rioplatense) y en relación al contexto de inserción (situado y tambien
concreto, en términos de pertinencia histórica y lingusitica) por
ejemplo: voy a organizar una fiesta el dia que un periodista le pregunté
al escritor entrevistado cosas como: "por qué no usas el punto y coma
en tus textos ?"(de hecho esto es algo muy frecuente en la prosa chata
de hoy por hoy) o "qué relación estableces entre la escases de oraciones
subordinadas con el argumento de tu texto o con el desarrollo y
caracterización de los personajes?" etc, etc, de modo que el autor, si
realmente tiene una idea interesante de qué hacer con la literatura,
deberá dar una respuesta donde hable de todo el sistema construido,
explicará o justificará, supongamos, la falta, la abundacia o meramente
el uso de algun determinado recurso y si es lúcido, lo llevará a
reflexionar sobre la forma, los procedimientos estéticos, las
operaciones retóricas, el léxico escogido, el registro, la mimesis del
habla, etc, todo con nombre y apellido. Si el critico es inteligente lo
obligará a no vender humo o sea el autor no se pondrá a explicarnos
sobre lo alienados que estamos, los problemas afectivos que tienen lo
treintañeros, no nos hablará de las drogas, no nos hablará sobre los
efectos de las redes sociales, sobre el cinismo de tal generación, sobre
lo triste que andan los chetos en San Isidro, cosas que no solo ya
sabemos sino que por lo demás son secundarias, laterales para valorizar
un texto, para comprenderlo en profundidad. Tampoco quiero caer en la
ingenuidad reduccionista de que la literatura es la forma y lo estilistico, pero me da la impresión que desde hace unos años que las
boludeces que enumeré arriba le ganaron mucho espacio a estas
cuestiones, las desplazaron bastante, por eso propongo modestamente que
saquemos el taller literario a la calle y discutamos estas cosas, más
meticulosas, pormenorizadas, de manera publica, es decir propongo que
hablemos de literatura posta...